La fuerza del viento y el desarrollo sostenible
Conectar el cargador del teléfono para recargar la pila, prender la televisión o una lámpara, meter un alimento en el refrigerador para conservarlo y muchas otras actividades que llevamos a cabo todos los días implican el uso de energía eléctrica. Estamos tan acostumbrados a efectuar estas acciones, que casi no nos detenemos a pensar cómo se genera la electricidad que llega a nuestras casas y escuelas. La energía eléctrica se obtiene a partir de la transformación de otras formas de energía.
En México, la más habitual es la hidráulica, pues hay 57 centrales hidroeléctricas; sin embargo, recientemente ha ganado terreno el aprovechamiento de otros recursos naturales para generar energía eléctrica: la luz solar y la fuerza del viento. Este último se ha utilizado desde hace mucho tiempo de diversas maneras, por ejemplo, para la navegación o para poner en movimiento los antiguos molinos; de hecho, los aerogeneradores que actualmente se emplean para aprovechar la energía eólica funcionan como los molinos antiguos (el movimiento de las aspas se utiliza como una fuerza para moler granos y el de las palas se transforma en energía eléctrica por medio de un generador).
Un ejemplo del aprovechamiento de esta energía es el parque eólico El Cortijo, ubicado a 40 kilómetros al sur de Reynosa, Tamaulipas. Se construyó de marzo del 2017 a septiembre del 2018, cuando entró en operaciones. Cuenta con 61 aerogeneradores montados en torres de 120 metros de altura que tienen la capacidad de generar el equivalente al consumo eléctrico de aproximadamente 458 000 hogares mexicanos. Los aerogeneradores tienen orientación automática gracias a una veleta que indica la dirección del viento; entonces, giran para aprovecharlo al máximo. Las palas están hechas de materiales muy ligeros y resistentes para girar aun con vientos débiles; cuando hay vientos fuertes se colocan en una posición llamada de bandera y dejan de girar. La energía que se genera se conduce por el interior de la torre hasta su base y de ahí se envía a una subestación que, después de un tratamiento, la introduce en la red eléctrica para su distribución.
La energía eólica tiene muchas ventajas: no contamina y reduce el uso de combustibles fósiles (carbón, gas y petróleo), que es el origen de las emisiones de gases de efecto invernadero responsables del calentamiento global; su disponibilidad es inagotable y depende de ciclos naturales, por lo que se considera renovable. Se espera que el parque eólico El Cortijo evite la emisión anual de más de 429 000 toneladas de dióxido de carbono a la atmósfera, lo que representa un gran aporte para el desarrollo sostenible de nuestro país.