Las extraordinarias tortugas marinas y las playas de México
Con más de 11 000 kilómetros de litoral, los componentes naturales de las playas de México son muy diversos. Distintos climas, tipos de arena, fauna marina y oleaje hacen de nuestras playas uno de los principales destinos del turismo nacional y extranjero. Esta diversidad se manifiesta en una oferta turística que satisface gustos, intereses y presupuestos muy variados. A muchas personas les gusta la comodidad de la industria hotelera y se alojan en grandes complejos que cuentan con todos los servicios, mientras que otras optan por acampar bajo la sombra de una enramada en la playa de un pueblo que se dedica a la pesca y entrar en contacto con sus habitantes. ¿A ti qué te gusta hacer en la playa?
Algunas playas mexicanas ofrecen la experiencia de entrar en contacto con sus especies marinas. Cuyutlán, Colima, es un pueblo pesquero y sitio de desove y liberación de crías de tortugas marinas. De las siete especies que se conocen, seis desovan en las playas de México; de estas seis, tres lo hacen en Cuyutlán: la tortuga laúd, la golfina y la negra o prieta. La tortuga laúd es la más grande del mundo, alcanza el tamaño de un coche pequeño y llega a pesar 500 kilos; la golfina y la negra son más pequeñas y llegan a pesar 50 kilos.
La sobreexplotación puso a las tortugas marinas en peligro de extinción. Recuerda que la biodiversidad es un privilegio, pero también una responsabilidad. Desde 1990 se prohibió por completo la pesca de tortugas marinas en aguas mexicanas. Además de la protección legal, en México se creó una estrategia para su conservación: la instalación de campamentos tortugueros en las costas. Regulados por la Secretaría de Recursos Naturales y Pesca, tienen la misión de proteger los nidos y asegurar el mayor número posible de nacimientos para liberar las crías en el mar. En 1992, el campamento El Tortugario. Centro Ecológico de Cuyutlán inició sus actividades. Desde esa fecha hasta 2019 este centro había liberado alrededor de dos millones de crías; sin embargo, continúan en riesgo de extinción.
Entre agosto y diciembre de cada año se lleva a cabo la liberación de crías en Cuyutlán, en la que puedes participar. ¿Sabías que las tortugas marinas viven entre 150 y 200 años, son migrantes y nadan cientos de kilómetros entre sus sitios de alimentación y los de anidación? Se calcula que una de cada mil llegará a la vida adulta; imagina que la tortuga que liberaste es una de ellas, que es una hembra que volverá a la misma playa a desovar un siglo después y que para ese entonces estos extraordinarios animales no estarán en peligro de desaparecer.