Barrancas del Cobre

La sierra Tarahumara es parte del sistema montañoso de la sierra Madre occidental en el estado de Chihuahua. Desde tiempos remotos la han habitado diversos grupos indígenas seminómadas que conservan esta forma de vida hasta nuestros días a pesar de los intentos coloniales de evangelización y de forzarlos a adoptar la vida sedentaria; es decir, se dedican a la pesca, recolección y caza, pero también practican la agricultura y viven en asentamientos temporales de acuerdo con el ciclo agrícola. En la actualidad hay cuatro grupos indígenas en este territorio: los pimas, los tepehuanes, los guarijíos y los tarahumaras, estos últimos son los más numerosos; los tarahumaras se llaman a sí mismos rarámuris, que significa “corredores a pie”. Esta región también es habitada por la población mestiza, a la que los rarámuris llaman chavochi, que significa “los que tienen barba”.

En este espacio multiétnico y pluricultural destaca Barrancas del Cobre, un sitio que ofrece un impresionante paisaje de altas montañas y profundas barrancas de color cobrizo, de donde toma su nombre. Por su belleza natural y su impactante profundidad, Barrancas del Cobre se ha convertido en un destino turístico muy importante, ya que cuenta con una infraestructura capaz de recibir a los visitantes y ofrecerles un abanico de actividades. Inaugurado en 1961, el tren de pasajeros Chihuahua-Pacífico, mejor conocido como Chepe, es el medio ideal para disfrutar estos paisajes. Cubre una ruta de 673 kilómetros que conecta a la ciudad de Chihuahua, Chihuahua, con Los Mochis, Sinaloa, pero muchos visitantes cubren solo la parte del camino que los lleva a la estación Divisadero, en Barrancas del Cobre. En esta estación está el Parque de Aventura Barrancas del Cobre que ofrece diversas actividades: miradores, puentes colgantes, tirolesas, paseos en caballo, bicicleta de montaña, caminatas al fondo de las barrancas con guías rarámuris y espacios para acampar. En 2010 se inauguró el teleférico que cuenta con dos cabinas con capacidad para sesenta personas que recorren 3 kilómetros por encima de los barrancos. Si bien algunos rarámuris se han integrado en esta dinámica turística y económica, la venta de artesanías continúa siendo una fuente de ingresos para esta comunidad. Hombres y mujeres fabrican objetos de gran belleza y colorido con palma, barro, madera y textiles decorados con figuras geométricas. Un buen consejo que te podemos dar si visitas Barrancas del Cobre es que pagues el precio de sus artesanías sin regatear y trates con respeto su forma de vida, recuerda que la diversidad cultural es una de las riquezas más grandes de México y que esas montañas y barrancas han sido su hogar durante siglos.