Cuajinicuilapa, un lugar de historia viva
El 8 de noviembre de 1519 se encontraron Hernán Cortés y su ejército con el tlatoani mexica, Moctezuma, acompañado por nobles ricamente ataviados, en la calzada que comunicaba México-Tenochtitlan con Iztapalapa. Tal vez has leído o escuchado que ese momento es emblemático del encuentro de dos mundos: el indígena y el europeo, y que a partir de él comenzaría a tomar forma la nación pluricultural que más tarde sería México. Sin embargo, los españoles no venían solos: un grupo de africanos los acompañaba. Entre ellos se encontraba Juan Cortés, esclavo del soldado Juan Sedeño, el primer africano registrado en Nueva España; por ello, el 8 de noviembre de 1519 puede ser un momento clave del encuentro de tres mundos.
Durante la Colonia cientos de miles de africanos llegaron a Nueva España y, si bien fueron esclavizados y marginados dentro de un sistema de castas, formaron parte de la sociedad virreinal y de su mestizaje cultural; por tanto, son parte de nuestro pasado y sus descendientes, los afromexicanos, siguen haciendo y narrando sus historias con las que enriquecen nuestro presente, diversifican nuestra cultura y fortalecen nuestra identidad. Actualmente, la mayor parte de la población afromexicana vive en los estados de Veracruz, Oaxaca y Guerrero, lo que no es casualidad, pues desde tiempos de la Conquista Pedro de Alvarado llevó esclavos africanos a la Costa Chica oaxaqueña y guerrerense, y durante el Virreinato continuaron arribando miles de personas de origen africano. Esta es precisamente la región donde se encuentra Cuajinicuilapa, en la Costa Chica de Guerrero. Es un lugar representativo de esta historia y conserva vivas diversas expresiones culturales de origen africano, como la gastronomía, la medicina tradicional, la música y la danza, dentro de las que destacan el son o fandango de artesa y la Danza de los diablos. Esta danza es parte de la celebración del Día de Muertos, los danzantes usan máscaras con flecos y barbas hechas con crin de caballo, y los acompaña un grupo de músicos que ejecuta un género conocido como chilena. El fandango de artesa se baila durante diversas festividades sobre una plataforma de madera tallada, en un extremo de la plataforma sobresale una cabeza de toro, vaca o caballo y en el otro extremo sobresale la cola, lo que recuerda la importancia de la ganadería en esta región; la danza es acompañada por música tocada con instrumentos tradicionales.
Cuajinicuilapa es un lugar importante para el resguardo de la historia de la población de origen africano en nuestro país. Con este fin, en 1999 se inauguró el Museo de las Culturas Afromestizas Vicente Guerrero Saldaña y en 2017 fue declarado Sitio de la Memoria de la Esclavitud y Poblaciones Afrodescendientes por la UNESCO.